Estas luces se componen de una ampolleta de cristal igual que las comunes, sin embargo, esta contiene gas de xenón y no un filamento de tungsteno, cuando se calienta con electricidad (plasma) se enciende generando una luz bastante potente y si el faro no fue diseñado especialmente para este tipo de luz resultará molesto para los otros conductores ya que les ocasionan baja visibilidad (algo así como las luces altas de carretera), lo que puede desencadenar un accidente. Asimismo, la temperatura (en grados kelvin) de la luz que produce el xenón hace que el color del haz vaya desde blanco hasta morado, pasando por distintas tonalidades de azul.
